viernes, 27 de julio de 2012

LA PARTICIPACIÓN EN EL ÁMBITO LOCAL

TEMA DE INTERÉS PARA TODA LA CIUDADANÍA

La vida de las ciudades:


Las ciudades, como reflejos de las personas que en ella habitan, estás vivas. No es lo mismo el centro de una ciudad en la madrugada, a primera hora de la mañana, el alma de la ciudad cambia en cada momento. Esto es lo que lo que se llama la cultura urbana, diferente a la cultura urbanística, referida a la estructuración territorial de la ciudad. Lo urbanístico puede ser planificado, lo urbano, no. Se puede pensar determinado usos para una plaza, por ejemplo, y luego la realidad social, la acción humana puede modificar completamente esa previsiones.
La vida en la ciudad es fruto de la intervención de los diferentes agentes que intervienen en su territorio. Pero además, en las ciudades vivas, la gentes vive, habita, convive, comparte y se generan tensiones y lazos de solidaridad. El modelo de vida urbano es el hegemónico en sociedades como la nuestra, la que produce una serie  de relaciones y actuaciones con el entorno físico y humano.
La vida de las ciudades, la gestión de su complejo tejido de agentes y acciones diarias (TRANSPORTE, MERCADO, TRABAJO, OCIO, SALUD, CULTURA, VIVIENDA...) no depende únicamente del gobierno local. Incluso, nos atrevemos a afirmar que, cada vez más, las grandes decisiones  que afectan a las ciudades necesitan el concurso de otras administraciones u otros gobiernos; véase, por ejemplo, las grandes inversiones en infraestructura o la organización de eventos internacionales, Expo en Andalucía, Fórum Barcelona, Cup de Valencia, Expo de Zaragoza, capitalidad de la europea de la Cultura...
y a pesar de ello, siempre aparecerá el factor humano, la manera de vivir la ciudad, que puede modificar las previsiones realizadas por los planificadores o políticos de turnos.
Los territorios que constituyen las ciudades están cada vez más difuminados. Es difícil determinar quiénes son los habitantes de cada ciudad. ¿Quién es ciudadano de Algeciras, por ejemplo? ¿Lo es quien duerme, quien trabaja, quien estudia en esa ciudad?¿A que ahora hay que hacer el censo? ¿Por la mañana, por la tarde o por la noche? ¿ Encontraríamos a las misma personas en horas diferentes? No hay más fronteras interurbanas que la relativa a las competencias administrativas de un Ayuntamiento o de otro. 

Espacios urbanos específicos:

Existe espacios urbanos especializados en determinadas actividades que son utilizada por los habitantes de otra ciudades. El hecho metropolitano produce una concentración humana que afecta a su ámbito territorial y tiene repercusiones en los municipios vecinos y no tan vecinos. Aparecen tensiones derivada de la tendencia de los habitantes de las ciudades grandes a utilizar a los municipios de menor población  (que no municipios pequeño en superficie) como espacio de ocio, seguro residente, paisaje, turismo...., es decir al servicio de esos usuarios o depredadores del espacio. Esta dispersión territorial provoca que la vida en y de las ciudades no responda solamente a las personas empadronada en el municipio.
Las relaciones sociales han cambiado como fruto de esta situación. Las grandes superficies comerciales en las concentraciones metropolitanas y en los centros comarcales han sustituido como espacio de relación y encuentro a la plaza del municipio y al bar de la calle o del pueblo.
Se han modificados los hábitos de consumo. Las conexiones  viarias y la infraestructura de transporte han favorecido la movilidad. Existen ciudades y pueblos que a partir determinadas horas están absolutamente  vacíos, mientras
que, quizá en el municipio de al lado, hay un determinado espacio donde se encuentra la juventud de los pueblos del entorno.

a) Los canales de participación respecto a los poderes públicos no deben limitarse únicamente a los establecidos por los ayuntamientos o la Ley orgánica de asociaciones de 2.002.

b) Los territorios no son el único referente.

c) Las Federaciones y asociaciones vecinales de las ciudades y pueblos. (Y también las administraciones públicas) necesitan conectarse con otras parecidas en una red de contactos que permita el intercambio de información y experiencias y la realización de proyectos comunes.

El gobierno de la ciudad no está solo en el Ayuntamiento:


Esta afirmación puede parecer excesiva, pero sólo quiero fijar la atención en la realidad de nuestro país. Hay que separar el órgano definido constitucional y legalmente para gobernar la ciudad: Ayuntamiento, de las políticas publicas que afectan a la ciudadanía en la ciudades. 
Igualmente hay que distinguir la ciudad institucional, de la ciudad real de primera es la referida a las fronteras geográficas, administrativas que marcan el ámbito municipal y, por ende, la competencia del ayuntamiento. La segunda, formada por la redes y relaciones que se establecen en ámbitos territoriales mayores como son las áreas metropolitanas o las regiones (BORJA, 2.003).
los ayuntamientos, como órganos de gobierno de los municipios, tienen unas competencias que vienen determinadas en la ley bases de régimen local y en la legislación autonómica de desarrollo. Pero con las competencias municipales no se agotan las diferentes políticas que afectan a la ciudadanía en el termino municipal. Así por ejemplo, la enseñanza, la salud, la seguridad ciudadana, determinados espacios naturales... no forman parte del ámbito competencial  de  los ayuntamientos, a pesar de realizarse en las ciudades y ser beneficiarias o sufridoras las personas que en ella viven.
La ciudad relaciona, la ciudad que agrupa (atrae) personas que la utilizan y posiblemente no residen en ella, que especializa sus espacios en función de las ciudades que le rodean, tampoco tienen un ámbito de coordinación o planificación que permita la intervención de las personas que van a vivir (o padecer) las consecuencias de su gestión. Es más, nos podemos encontrar con ciudades y pueblos en los que las decisiones estratégicas adoptadas van a afectar a muchas personas que no tienen posibilidad de opinar y, muchos menos, participar, en la elaboración de esas decisiones. 
Luego, la tarea de impulsar la participación ciudadana en la ciudad no es sólo competencia de los gobiernos locales, sino que afecta a todos los poderes públicos que intervienen en el territorio, debiendo ser llamados por los liderazgo, el motor de esos procesos, debe estar en los ayuntamientos por tener un ámbito relacional más próximo con la ciudadanía,  sin perjuicio de los instrumentos de control que las administraciones supralocales puedan delimitar. Imaginemos un ayuntamiento, un gobierno local dispuesto a promover la participación ciudadana para mejorar la red de escuelas del municipio. ¿Cómo lo hará si la Consejería de la Comunidad Autónoma no quiere colaborar? ¿De que servirán los resultados del proceso? ¿ Qué eficacia podrán tener dichos resultados?
También tiene repercusiones en el ámbito de la gestión política. Se imponen formas de relación entre todas las administraciones para hacer efectivos los derechos ciudadanos. Son necesarios ámbitos de coordinación y cooperación que, en nuestro actual panorama políticos, están mediatizados, demasiado a menudo, por los partidos que gobiernan en unas u otras administraciones están gobernadas por el mismo partido o coalición de partidos que cuando se trata de partidos enfrentados o que pueden suponer alternativas uno del otro. 
Además, los gobiernos locales deben tener una perspectiva amplia de los procesos de PARTICIPACIÓN para poder incorporar  a todas aquellas personas que tienen interés en la ciudad. Por ejemplos, ¿alguien duda del interés de un comerciante en el funcionamiento de los servicios del barrio o de la ciudad aunque viva a 30 kilómetros de su establecimiento? ¿O de interés del profesional de la enseñanza, que trabaja cada día con decenas de adolescentes y no puede opinar sobre la mejora urbanística del barrio en el que se encuentra la escuela? 
Si a las  competencias delimitadas (y limitadas), añadimos la falta de autonomía financiera que provoca en los ayuntamientos unas importante dependencia económica de los gobiernos central y autonómico (y europeo), nos encontramos con una perspectiva para el ejercicio del gobierno local con condicionantes bastante evidentes. 




  

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